miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿Sabes seducir? Te enseñamos


Seducir, un arte prehistórico y de tanto interés actual, no es sólo patrimonio de algunos privilegiados. Todos podemos ser seductores y existen una serie de habilidades sencillas y fáciles de aprender que pueden potenciar esta facultad innata del ser humano. Miradas evocadoras, palabras sugerentes, sonrisas prometedoras... ¡no te lo pierdas!

La seducción ha interesado a la Humanidad desde sus albores: desde la Antigüedad el arte de seducir ha sido objeto de estudio, de interés y de práctica, a veces con fines poco éticos y con consecuencias desastrosas. A veces un arte perseguido por las religiones o maldito, oficio denostado de pócimas y encantamientos, propio de brujas y alcahuetas.

En otras épocas, como el siglo XVIII, se ha considerado un arte supremo del placer y el deleite. Responsable de ríos de tinta, libros, tratados, poemas, recetas, manuales, creador de grandes mitos y leyendas literarias. Hoy la seducción sigue interesando como siempre, o más que nunca, a pesar de que aparentes tecnologías frías lleven a relacionarnos sin misterio.

Seducir es una tarea más que atractiva: es misteriosa. De ese misterio solo es evidente la punta del iceberg, puesto que la mayor parte de los procesos de seducción transcurren ocultos.

Aprender a seducir

Los animales también seducen: en ellos el cortejo está predeterminado genéticamente, con un fin cerrado y preestablecido: la cópula para lograr la reproducción; en el ser humano, la seducción es mucho más: llega a ser un fin en sí misma. El Hombre sigue ciertas pautas predeterminadas en la conducta de cortejo, tal y como hacen los animales, existiendo esquemas de conducta de conquista comunes a todas las culturas.

Aunque hay una parte biológica y genética que hace que unas personas tengan mayor facilidad innata para seducir que otras, hay elementos de la seducción que se pueden desarrollar. La seducción se puede practicar y hacer más efectiva si se cuida el lenguaje verbal y corporal: miradas seductoras, palabras que acarician, silencios persuasivos, leves gestos, contactos de apariencia casual...

Tal y como reconoce la Miren Larrazábal, psicóloga y directora del Instituto Kaplan de Psicología y Sexología, "miradas evocadoras, palabras sugerentes, sonrisas prometedoras, movimientos velados, proximidad inquietante, silencios elocuentes y el arte de sugerir, insinuar, dar a entender sin mostrar, generar interés por lo implícito... son habilidades que se pueden aprender, que cualquier ser humano es capaz de practicar con un cierto grado de éxito". Según añade, "asomarnos a sus abismos y aprender algunas de sus claves mediante ejercicios prácticos es el objetivo del taller sobre el juego apasionante de la seducción".

"Todos los seres humanos podemos aprender el arte de la seducción; hay muchas formas de seducir , cada uno de nosotros tiene un estilo particular y personal de hacerlo", concluyó Miren Larrazábal. "Se trata de mostrar que todos llevamos un seductor dentro de nosotros, que con la práctica y el aprendizaje de habilidades específicas podemos potenciar y manifestar".

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