martes, 28 de abril de 2009

Issei Sagawa, un japonés de tan sólo 1.50 mts. Manos y pies pequeños, voz y rasgos de mujer, además de una ligera cojera. El típico hombre que la mayoría de mujeres no encontraría atractivo.
Consciente de sus limitaciones seductoras, estaba obsesionado con tener a su lado a “la mujer perfecta”, preferiblemente alta y de rasgos occidentales.
Aunque ya en Tokio había tenido delirios caníbales con alguna que otra mujer, su fantasía se vuelve a hacer realidad cuando viaja a París y encuentra a la mujer que nunca pudo sacar de su mente, la holandesa Renee Hartevelt.
Su piel blanca, la forma carnosa de sus nalgas y sus bonitos senos le habían provocado la perdida de la razón.

En 1981, Issei conoce a Renee en el Censier Institute de París. Más tarde declararía que “cuando se sentó a su lado en clase, se enamoró inmediatamente y no podía dejar de pensar en la piel blanca de sus brazos”.
Sagawa le pidió que le enseñara alemán, su padre multimillonario podía pagarle cualquier sueldo. Ella aceptó atrayéndole su inteligencia, su conocimiento de pintura y literatura europea.



Un día invitó a Renee a cenar a su apartamento. Después de que ella saliera Issei olió y lamió el lugar donde ella se había sentado y juró que se la comería, para así poseerla para siempre.
En la próxima cita, él le declaró su amor y ella lo rechazó. Issei se levanta desconcertado y le propone grabarla recitando uno de sus poemas favoritos. Empieza su delirante plan.

Tras leer el poema Issei dispara a Renee en el cuello, cayendo al suelo desangrándose. Con gran esfuerzo desviste el cadáver y se pone contento por que ella ya no se negaría a su amor, ahora le pertenecía a él. Con un cuchillo le corta el pezón izquierdo y un pedazo de nariz para comerlos. “Yo corte su cadera” escribiría después, y se preguntó dónde debería morder primero, seleccionó las nalgas pero las encontró difíciles de morder.
Describe paso a paso su ritual, la apariencia de grasas, músculos y su sabor. Cuando la grasa sale por los cortes hechos con el cuchillo, la describió de consistencia y apariencia del maíz amarillo, la olió y encontró que no tenía ningún olor. Siguió cortando para encontrar la carne más profunda, puso dos filetes en su boca, “su sabor es de un rico pescado crudo similar al sushi, no he comido nada más delicioso”…

Más tarde usando un cuchillo eléctrico empezó a cortar a Renee en trozos, hizo varios filetes para mordisquearlo crudos, el resto lo guardó en su congelador. Preparó una comida rápida de carne humana frita con mostaza, tomó fotografías del cadáver mutilado y tuvo relaciones sexuales con lo que quedaba del cuerpo. “Cuando yo la abrazo, ella suspira y le digo que la amo” grabó en una cinta de audio.
Morbosamente usaba la ropa interior de Renee como servilleta para limpiar su boca. Exhausto finalmente, tomó lo que quedaba del cadáver, lo llevó a su cama y durmió con ella.
Al levantarse a la mañana siguiente descubrió que el cuerpo mutilado no olía mal aún y continuó comiendo. Recortó el ano y lo puso en su boca, pero su olor muy fuerte lo hizo escupir. Intentó comerlo friéndolo, pero eso no disminuyó su olor, se dio por vencido y lo devolvió al cadáver. Después de cierto tiempo, y comprobando que el cuerpo empezaba a malmeterse comprendió que su “luna de miel” había terminado, decidiendo trocearla y meterla en una maleta para deshacerse de los restos.
Mientras la desmembraba se excita y con la mano del cadáver procede a masturbarse. Corta su nariz, sus labios y su lengua de varios mordiscos y los guarda para sus posteriores fantasías sexuales. Escribió: “Yo quiero su lengua, no puedo abrir su mandíbula, pero puedo alcanzarla entre los dientes. Finalmente sale, la hago estallar en mi boca y me miro masticándola en el espejo. Luego voy por los ojos.”

Issei Sagawa tenía una lujuria sexual extrema. Tras ser juzgado y condenado a cumplir su pena indefinida en un hospital psiquiátrico en París. Su padre Akira Sagawa en 1984 hizo un trato para que su hijo fuera transferido a un nuevo psiquiátrico en Tokio. Tras 15 meses ingresado queda libre de nuevo gracias a su padre.

Lo terrible del caso es que tras su puesta en libertad Sagawa se dedicó a conceder todo tipo de entrevistas contando los detalles de su historia. Escribió varios libros también relatando sus experiencias, fue portada en varias revistas culinarias; incluso los Rollings Stones le dedicaron su canción Too Much Blood y accedió a participar en películas pornográficas. En su país, Issei Sagawa es considerado toda una celebridad. ¡Ver para creer!




2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE HORRRRRRROR!!!!! ES VERDAD ESTO????

skorpiusskp dijo...

Esta historia es totalmente real. Busca Issei Sagawa en Google y obtendrás más información...

 

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