miércoles, 6 de mayo de 2009

Meiwes, un informático de 42 años ya fantaseaba con descuartizar y comerse a los compañeros de clase que le atraían cuando apenas tenía 8 años. Más tarde declararía que los deseos de tener un hermano le llevaron a tener ese tipo de delirios caníbales.

Armin frecuentaba foros de Internet como Café Caníbal, donde anunció sus deseos de conocer a “hombres jóvenes y robustos, de entre 18 y 40 años, que desearan ser devorados”.
Parece ser que recibió 430 respuestas, aunque después de concretar su deseo finalmente se encontró con cinco hombres entre los cuales eligió a Bernd Juergen Brandes, un ingeniero berlinés de 43 años.
Según las pesquisas, tras acudir el acusado al caserón del siglo XVIII en el que vivía el caníbal, ingirió 20 somníferos y media botella de aguardiente. Luego, Meiwes le cortó el pene, que comieron juntos.




Todo el proceso fue grabado en cámara de vídeo, lo cual serviría más tarde para aclarar el asunto durante el juicio.
Diez horas más tarde descuartizó el cadáver del ingeniero, cuando éste se desmayó por la abundante pérdida de sangre. Más tarde congeló unos 30 kilos de su carne -20 de los cuales comió durante las siguientes semanas- y enterró en el jardín sus huesos y su cráneo.
“Lo recordaba en cada pedazo de carne que me comía. Era como comulgar”, dijo Meiwes, y confesó que el descuartizamiento del cuerpo le causó “placer”. Sin embargo, aseguró que “el momento de la muerte fue terrible”. “Durante el acto sentí odio, rabia y felicidad a la vez” agregó, “toda mi vida había deseado esto”

Por otra parte, Meiwes dijo que la idea de cortar un cuerpo humano le excitaba sexualmente, y que para estimular sus fantasías miraba películas de zombis y de matanzas.

Asimismo, declaró que no hizo “nada en contra de la voluntad” de Brandes, cuyo pene comieron juntos.
El caso representa un enorme desafío legal, precisamente porque la víctima parece haber consentido el acto –lo que habría quedado demostrado en le vídeo filmado por Meiwes- porque se certificó que domina plenamente sus facultades mentales y porque el canibalismo no está tipificado como delito en la jurisprudencia alemana.
La fiscalía acusa a Meiwes de “asesinato por placer” y de “perturbación de la paz de los muertos”, por lo que podría ser condenado a una pena máxima de 15 años de prisión. Pero la defensa alega que se trató de un “homicidio a pedido”, una forma de eutanasia que se castiga con penas de entre seis meses y cinco años.


Finalmente Armin Meiwes fue condenado a cadena perpetua en su país. Actualmente se encuentra en prisión. Parece ser que está escribiendo un libro sobre su visión de los hechos. Asimismo se ha realizado una película basada en su caso: Rohtenburg (El caníbal de Rotemburgo. 2006)

1 comentarios:

Anónimo dijo...

q miedo!!!!! anibal leckte?

 

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