viernes, 12 de febrero de 2010

1. Relaciones superficiales
A veces una persona puede creer que está enamorada de dos personas a la vez y vivir ambas relaciones con mucha intensidad. Puede sentirse tan atraído por las dos que le resulte difícil saber de quién de ellas está más enamorada. En general, lo vive como un complemento de una relación con otra, cada persona le aporta algo diferente y los sentimientos son muy intensos en ambos casos.
También puede suceder cuando una persona ya mantiene una relación estable y se enamora de otra, que confunda sus sentimientos y crea que ama a las dos personas a la vez cuando lo que realmente está amando, es la sensación de estar enamorado, el estado de felicidad de la primera fase del enamoramiento en el que se encuentra al iniciar otra relación nueva.
En este caso, lo que principalmente encuentra en esta nueva relación es la oportunidad de volver a vivir las sensaciones del enamoramiento, de la pasión amorosa. Es la atracción por la novedad. Supone para ella el complemento para la relación tranquila que ya está viviendo.
Por otro lado, pensar que dos personas están interesadas por nosotros y que le gustamos y se siente atraídas por nosotros, es una sensación muy halagadora que puede hacernos sentir muy bien. El problema no está en gustar a dos personas a la vez, sino ceder ante las dos y mantener una relación con ambas.

2. Tomar una decisión

Por lo general, cuando alguien vive dos historias de amor paralelas, tiene que acabar decidiéndose. No es posible que ambas prosperen porque no se puede estar haciendo planes de futuro y proyecto de vida con las dos; es incompatible.
Estas situaciones ocasionan muchos problemas. Aunque al principio se viven con mucha excitación y complicidad y parece que es la situación perfecta, con el tiempo no es viable y supone un gran sufrimiento para todos.

3. El amor profundo y maduro

Si entendemos que amar a una persona es quererla y desear lo mejor para ella, entonces en este sentido y por definición, no es posible amar a dos personas a la vez, porque desear lo mejor para quien amamos no es compatible con disfrutar con otra persona, deseando estar juntos con ella, soñando, compartiendo, ilusionándonos, etc.
Lo mejor para quien amamos no es compartir emociones y sentimientos con alguien más, sino que vivamos con ella de forma totalmente entregada y sincera, sin lados ocultos. Esto sí podría suceder, cuando amamos egoístamente buscando nuestro placer y satisfaciendo constantemente nuestros deseos y apetencias, sin tener en cuenta el daño que podemos ocasionar.
El amor maduro es un amor que requiere esfuerzo y entrega. Es un amor de superación continua como pareja y como persona. Es superar los obstáculos que se presentan en la pareja, luchar por mantener el amor y evitar tentaciones inútiles. Es un amor fuerte y fiel. Cuando una persona vive el amor profundo y maduro, no está en disposición de dejarse enamorar por otra persona.

4. ¿Qué hacer ante esa situación?

Cuando esa sensación de enamoramiento hacia otra persona aparece y nos confunde, es fundamental que reflexionemos sobre lo que estamos sintiendo y buscar la causa de ese deseo de estar con dos personas a la vez.
A veces sólo se trata de atracción física o de un enamoramiento superficial como consecuencia de un mal momento que estamos pasando o simplemente del deseo de volver a enamorarnos. En tal caso, no merece la pena arriesgar nuestra relación de pareja por una ilusión o un capricho. Hemos de saber renunciar a la tentación de satisfacer el deseo de iniciar una relación con otra persona.
Si tras haber analizado nuestros sentimientos, llegamos a la conclusión de que realmente estamos enamorados de dos personas, hemos de ser honestos y decidirnos cuanto antes, de lo contrario podríamos hacer mucho daño. Vivir enamorada de dos personas es una situación que crea mucha ansiedad.

Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica. Psicóloga escolar
Granada.

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