sábado, 12 de abril de 2008

Con esta tercera entrega continuo con las entradas sobre erotismo y literatura, ya que no sólo de sexo vive el hombre, y de nuevo habría que añadir, mucho menos la mujer. He de recordar que nunca nunca debemos perder el romanticismo, que aunque tergiversado en estos últimos tiempos es la llama que mantiene vivo el amor...

Que la Biblia es un libro que incita al odio, a la homofobia y a la venganza irracional es algo que sabemos los que hemos tenido el raro privilegio de haberla consultado o leído.
He aquí algunos ejemplos de esa sinrazón:
"Si una joven se casa sin ser virgen, morirá apedreada" (Deuteronomio 21:18-21)
"Si un hombre yace con otro, los dos morirán" (Levítico 20:13)
"Si un hombre yace con una mujer durante su menstruación y descubre su desnudez, ambos serán borrados de en medio de su pueblo" (Levítico 20:18)
"Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, ambos morirán" (Deuteronomio 22:22)
"El que tenga los testículos aplastados o el pene mutilado no será admitido en la asamblea de Yavé. Tampoco el mestizo hasta la décima generación (Deuteronomio 23:1,2)

Incluso con este preámbulo, la intención no es denostar este odioso libro, sino contrastar esta fealdad con una de las pocas perlas que contiene; el Cantar de los Cantares, uno de los libros sapienciales más exquisitos y bellos.

Veamos algunos deliciosos cantos que todo hombre que se precie de amar debería susurrar a los oídos de su amada, y toda enamorada recitar a su amado en el lecho del amor:
"Mi amado es una bolsita de mirra que descansa entre mis pechos" (1:12)
"Como el manzano entre árboles silvestres, así es mi amado entre los mancebos. Sentéme yo a la sombra del que había yo deseado, y su fruto es dulce a mi paladar" ( 2:3) y yo añado, ¿qué mancebos niña, cual fruto?
"¡Paloma mía!, tu que anidas en los agujeros de las peñas, en las concavidades de las murallas, muéstrame tu rostro, suene tu voz en mis oídos, pues tu voz es dulce, y lindo tu rostro" ( 2:14)
"Mi amado metió su mano por la hendidura de la puerta, y de pronto se conmovió mi corazón"
( 5:4)
"Yo soy de mi amado, y él está siempre inclinado hacia mí" ( 7:10)
Como veis que cosas tan bonitas se dicen, que doble sentido tan maravilloso...
Pero sin duda mi favorito es este canto:
"Introdújome en la pieza en que tiene el vino, y enarboló contra mi la bandera de su amor" ( 2:4), nen@s...más claro imposible, yo también quiero que me introduzcan en la bodega y enarbolen contra mi... ¡la bandera del amor!

Más cantos: http://www.vicariadepastoral.org.mx/sagrada_escritura/biblia/antiguo_testamento/40_cantares.htm

Fuentes:
Sagrada Biblia, Ed. Herder Barcelona 1965
La puta de Babilonia, Fernando Vallejo, Ed. Seix Barral Barcelona 2007

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